Igual que los humanos, nuestras mascotas felinas necesitan revisiones al menos una vez al año y es recomendable vacunarles para prevenir algunas de las enfermedades más comunes que un gato puede sufrir a lo largo de su vida. A continuación, hablaremos de algunas de las enfermedades más comunes en gatos, para así poder aprender a prevenirlas e identificar sus síntomas.

Conjuntivitis

Se trata de una de las enfermedades más corrientes en gatos. Consiste en la inflamación de la membrana que recubre el ojo y el interior del párpado. Algunos de los síntomas que provoca son el exceso de legañas o de lágrimas, opacidad en la córnea, ojos enrojecidos, inflamación o secreción. Cuando estos se detectan, es imprescindible llevar a nuestro gato al veterinario, ya que si no se trata puede provocar problemas graves de visión o incluso la pérdida de la vista.

Otitis

Consiste en la inflamación del oído y es más frecuente en gatos jóvenes (hasta 2 años). Es posible que se trate de otitis si nuestro gato sacude la cabeza y maúlla con fuerza, o si detectamos mal olor y un color oscuro en la parte interna del oído. Puede producir dolor y pérdida temporal de la audición, o permanente en los casos más graves.

Leucemia felina

Es una enfermedad vírica que puede prevenirse con la vacunación, pero que puede ser mortal si no se trata. Los síntomas son falta de apetito, debilidad, somnolencia y anemia, entre otros.

Panleucopenia felina

La enfermedad comúnmente conocida como “moquillo” es una infección vírica grave causada por un parvovirus. También puede prevenirse con una vacuna, y algunos de sus síntomas son fiebre alta, vómitos, diarrea, hipotermia o debilidad.

Alergias

Al igual que nosotros, los gatos pueden tener alergias a cosas tan variadas y comunes como al polen, los perfumes o productos de limpieza, determinados alimentos, humo de tabaco, etc. Algunas pueden derivar en dermatitis y sus síntomas son similares a los humanos: estornudos, tos, secreción nasal u ocular, infecciones cutáneas…

En el caso de detectar algunos de estos síntomas, es muy importante que hagamos una visita al veterinario lo más pronto posible. Así, podremos evitar que las molestias de nuestra mascota deriven en algo más importante.

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